Al día siguiente Sherezade
encontró a Ibrahim ocupado en la balanza algebraica.
- No sólo prodrás resolver enigmas numéricos como
el que acabas de ver, sinó que podrás hacer una cosa más
interesante ... Sherezade hizo una pausa esperando una pregunta de su
interlocutor.
- ¿ Cual ?
- Inventar tú los enigmas.
Sherezade cedió la balanza algebraica a Ibrahim y sabiendo que
poca cosa más podía hacer, se retiró discretamente
dejando al joven aprendiz concentrado en la invención de enigmas
numéricos.
|